De acuerdo a lo que informó Martín Guzmán (MG), ministro de Economía, se alcanzó un acuerdo con los bonistas que tienen títulos argentinos emitidos bajo legislación extranjera. Y como también “sale con fritas” (copio a Víctor Hugo el ex relator, no el poeta francés) el canje de los bonos ley argentina, podemos decir que Argentina encamina el tema de su (nuestra) deuda.
La descripción de los bonos (nuevos) de ambos canjes la dejo para un posteo próximo. Hoy me voy a centrar en dos de las enseñanzas que nos deja la renegociación.
La primera: sigue vigente el concepto de valor tiempo del dinero (VTD). Nunca fue aprobado por ley de ningún congreso ni por un DNU de Alberto, pero “un peso hoy vale más que un peso mañana” y “un dólar hoy vale más que un dólar mañana”.
¿Y dónde estuvo la enseñanza en relación al VTD? En que para destrabar la negociación, las partes acordaron que los cupones de los nuevos bonos vencerían en enero y julio y no en marzo y septiembre, como estaba previsto en la oferta oficial. El mismo flujo, cobrado (y pagado) antes, vale más a valor presente (VP).
Un win win: MG puede decir “no pagaremos más dólares” y los acreedores festejar el aumento de VP.
En la misma línea: el (nuevo) acuerdo implica acelerar la amortización de ciertos bonos (los inversores empiezan a cobrar el capital antes).
La segunda enseñanza: los bonos ley extranjera valen más que los de ley nacional. Por alguna razón, los inversores se sienten más protegidos por los tribunales de Nueva York (NY) que por los locales.
Es también cierto que los bonos emitidos bajo ley NY tienen cláusulas de acción colectiva (CAC), que los de ley argentina no tienen. ¿En qué consiste una CAC? Si el emisor logra que un cierto porcentaje de los tenedores de los títulos apruebe un canje, eso fuerza a entrar al canje a todos los inversores que tienen esos títulos. Lo cuento desde el otro lado: para que un canje se apruebe debe dar el ok una mayoría calificada de inversores de esos títulos.
¿Una diferencia en esto con los emitidos bajo ley argentina? Para aprobar el canje, aquí hay que convencer a legisladores y no a los que pusieron guita en los títulos a canjear.
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Hasta la próxima.