Martín Guzmán (MG) es el primer Ministro de Economía de Alberto Fernández (AF). Y recalco lo de primero, con el perdón de MG, pues la historia enseña que ninguno de los presidentes, desde la vuelta de la democracia, tuvo un único Ministro de Economía (no cuento a los primeros mandatarios que ejercieron el cargo por días u horas). Y por las dudas: si fuera el único, también sería el primero. Pero no es lo usual. Ni lo esperable. Por lo menos, para mí. Sigo.

¿Qué le pidió AF a la “consultora” sobre el perfil de su primer Ministro de Economía? Que fuera un especialista en refinanciamiento de deuda pública. La “gerencia de recursos humanos” del Frente de Todos buscó. Y propuso a un argentino joven, talentoso, con antecedentes académicos destacados y sin experiencia práctica en la materia. El Dr. Guzmán pasó las dos entrevistas de claves, con CFK y Alberto (¿en ese orden?), y fue incorporado.

Antes de continuar, una digresión en un país futbolero como el nuestro. MG tuvo un recorrido similar al del actual director técnico del seleccionado nacional de fútbol, Lionel Scaloni. Uno no había tenido experiencia práctica en reperfilamiento de deuda pública y tuvo que debutar con la de Argentina. El otro, jamás había sido DT de equipo alguno y asumió directamente como conductor de la selección. Fin del paralelismo. Sigo.

¿Cumplió MG con la reestructuración de la deuda pública? En cuanto a la de los bonistas, sí. En el mercado entienden que se demoró más de lo necesario y que eso tuvo costos en cuestiones como confianza, reservas, etc. Pero es indudable que, en términos de aceptación del canje, reducción de tasa y patear para adelante los compromisos, saca más que aprobado.

¿Qué le queda en esta materia? Sobre todo, el partido con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que le debemos unos 45 mil millones de dólares. ¿Cuándo son los vencimientos más importantes de esa deuda, según el esquema actual? En 2022 y 2023. ¿Qué porcentaje representa Argentina del total de créditos del FMI? Más de un 40%, un valor nada desdeñable. Ellos (los funcionarios del FMI) también necesitan acordar.

Mientras tanto, en Argentina, el BCRA sigue perdiendo reservas, el dólar sigue subiendo (en sus variados formatos) y ni la confianza ni las inversiones aparecen.

¿Y el paquete de la semana pasada? Tuvo gusto a poco. Fueron paliativos para intentar llegar a marzo o abril del año próximo y que aparezcan los dólares de la cosecha gruesa.

¿Y entonces? En algún momento hay que encaminar la macro, generar confianza y presentar un plan económico integral, consistente en todos los planos.

Y algo más: se requiere un contexto político que predisponga bien a los inversores y un conductor de la política económica que genere credibilidad y maneje “toda la botonera”.

¿Qué quiere decir un contexto político pro (con perdón del término) inversiones? Que esté claro que se respetan los derechos de propiedad, que haya estabilidad de las reglas de juego y que una parte del gobierno no “combata al capital” (Horacio RL agregaría “ni a la Capital”).

¿Quiere y puede Alberto generar un cambio en esa dirección? Y si quisiera, ¿es Martín Guzmán la persona para esta etapa?

La economía argentina está enferma. Desde hace rato. Martín Guzmán es un especialista y nuestro país hoy precisa un clínico. Pero antes, se necesita que quien o quienes conducen estén convencidos de que así no va. Que un cambio es necesario. Y agarren la cartilla y busquen un médico.  

Y antes de todo eso, estaría bueno que los argentinos sepamos quién conduce.

Hasta la próxima.