Se está desarrollando una nueva temporada de la historia entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En 2018 y 2019, los papeles principales los representaron Mauricio, Nico (apócope de Nicolás) y Christine. En el 2021, el papel de líder argentino está compartido entre Cristina (que no es Christine) y Alberto (en ese orden), el rol de negociador amigable (y que la da de ortodoxo) lo cumple Martín y Kristalina reemplazó a Christine.

¿En base a qué argumento gira la temporada 2021? Los argentinos afirman, con argumentos convincentes, que no pueden pagar, en los plazos originalmente pactados, los 45.000 millones de dólares que tomaron Mauricio y Nico. Piden más plazo, menos tasa y, si fuera posible, alguna ayuda extra.

El préstamo en números

¿Cuáles son los plazos establecidos para el pago del capital? En números redondos, se pueden resumir así:

2021: 3.700 Musd (millones de dólares estadounidenses)

2022: 17.700 Musd

2023: 18.700 Musd

2024: 4.800 Musd

A esto, por supuesto, hay que agregar los intereses. Para que te des una idea: los intereses que resta pagar este año son unos 1.000 Musd, que vencen entre mayo y noviembre.

¿Qué quiere Argentina?

Lo mismo que con la deuda con los bonistas: patear para adelante los pagos. Y que poco, o muy poco, caiga durante la presidencia de Cristina + Alberto (por lo menos, en este período que concluye en 2023).

¿Y el FMI? Como Kristalina tiene muy buen trato con el Papa Francisco, evitará un “Paga Dios” y concederá mayores plazos. Por ahora, les muestra a los argentinos el modelo de “Facilidades Extendidas” que tiene en góndola y que implica una financiación de hasta diez años.

El drama que Argentina tiene con su deuda (originada en el déficit fiscal), a veces se convierte en comedia de enredos. Eso ocurre cuando el triángulo (no amoroso) que forman Cristina, Alberto y Martín consigue desconcertar a los funcionarios del FMI. Al mismo tiempo que la poderosa vice afirma que Argentina no puede pagar, ya que no tiene los recursos, y pide más plazo (de los diez años) y menos tasa, Alberto afirma que nuestro país honrará sus deudas y Martín dice que nos adaptaremos a los formatos que el FMI tiene (sin pretender ir más lejos en el tiempo ni bajar tasa).

¿Cómo sigue la película?

Argentina ya tiene asegurado, por lo menos, ese refinanciamiento a diez años. En el FMI a nadie se le niega un “asiento contable”, que patea para adelante los vencimientos y evita que el balance del FMI exhiba créditos en situación irregular. Pero para eso hay que firmar un acuerdo.

¿Algún problema para esto? Para formalizar esa reestructuración, el FMI exigirá incluir en el acuerdo algunas reformas estructurales. Y el gobierno argentino viene demorando las discusiones, pues no quiere pagar el costo político de firmar antes de las elecciones de octubre de este año. ¿Por qué? Las “reformas estructurales” pueden ser vistas como ajustes. Y la idea es no complicar los relatos de Víctor Hugo, Hebe o Página 12.   

¿Y cómo pagará los vencimientos que restan de este año? El FMI tiene prácticamente acordado que hará una emisión de 500.000 Millones de DEGs (la moneda del FMI) (1) (2). Y, por esa emisión, Argentina tendrá disponibles más de 4.000 Musd.

¿Y entonces? Gracias a esos recursos, el gobierno podrá saldar los pagos de capital de este año, que vencen en septiembre y diciembre.

Una vez firmado el acuerdo con el FMI, ¿Argentina estará en condiciones de encaminar su economía? No. El acuerdo es una condición necesaria. Pero no suficiente.

Hasta la próxima.

(1) El DEG (derecho especial de giro) es la moneda del FMI, un activo de reserva internacional que se puede intercambiar por monedas de libre uso. El valor del DEG se basa en una canasta de cinco monedas principales: el dólar estadounidense, el euro, el renminbi chino (RMB), el yen japonés y la libra esterlina. Al 5/3/2021 un DEG valía 1,44 usd.

(2) Juan Domingo Perón preguntó, en 1946, “¿alguno de ustedes vio alguna vez un dólar?” y no si alguno había visto alguna vez un DEG.