Letes

¡Hola! Soy una Lete. El que eligió mi nombre lo hizo pensando que en el corto plazo (que en finanzas es clave) alguien escribiría la canción de “los Orozco” pero con la “e” y me incluiría. Todavía lo estoy esperando.

Soy un acrónimo generado para no tener que perder tiempo pronunciando Letra del Tesoro Nacional. Ya lo sé: es paradójico que generen un instrumento para inversores, a quienes lo que más les importan son los números, y lo nominen con “letra”. Pero así como Carlos seguirá llamándose Carlos, yo seré siempre una Lete.

Mi terapeuta me preguntó en una de las primeras sesiones “¿quién sos?”, a lo que respondí “un título emitido por el Tesoro Nacional (argentino) que paga dólares estadounidenses al vencimiento”. La terapia siguió y conseguí conocerme mejor, entender que soy integrante de la familia de las Letes, quienes a su vez somos parte de la cada vez más numerosa familia de la deuda del Estado Argentino. Que tengo vida por poco tiempo, entre seis meses y año y medio. Pero también comprendí que si mi vida es corta debo poder disfrutarla o, por lo menos, vivirla intensamente.

¿Quién me busca? Inversores que buscan instrumentos de corto plazo y bajo riesgo, para ganar más que con un plazo fijo o una caja de ahorro en dólares. ¿Cómo me conquistan (compran me suena muy mercantilista)? Con dólares o pesos; el Inadi me pidió que no discrimine.

¿En qué momento me entrego? Pago todo lo que prometo al vencimiento (ya dije que en dólares) y soy, según los expertos, un bono cero cupón pues no hago pagos intermedios (lo que ellos llaman cupones). ¿Qué rendimientos (financieros, aclaro por las dudas) prometo? Depende del momento; hoy estoy dando entre el cuatro y el cinco y pico por ciento anual. Antes pagaba menos, pero los mercados decidieron (por menos confianza y cambios en el entorno internacional) que necesitaban un gesto de amor más elocuente.

¿Hay forma de sacarme un poco más? Sí; el que me compra desde el arranque en pesos compra los dólares a un precio muy conveniente (el mayorista) y eso le genera un plus.

¿Puedo cambiar de “dueño” antes del vencimiento? Sí; tengo lo que llaman mercado secundario: un inversor (o inversora) me vende a otro (u otra). ¿A qué precio? Eso lo fijan oferta y demanda (explicación que me evita decir “no tengo idea”).

¿Soy confiable? Hasta ahora me consideran así, pero eso siempre puede cambiar. La sensación de que puedo pasar a ser muy riesgosa e incluso que algunos consideren que no es seguro que pague según lo pactado no me hace bien. Este es un tema para mi próxima sesión de terapia.

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