Ya lo habíamos anticipado hace unos meses. Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) eran, en ese momento, casi una pareja estable. ¿Y hoy? El FMI depende cada vez más de nuestro país.

¿Por qué? Argentina representa, según la información del organismo al 22/8 de este año, el 46 % de los créditos otorgados. ¿Cómo viene la evolución de esa dependencia? Te lo resumo:

Fecha	Porcentaje créditos a Argentina (%)
30/04/2018	0
31/07/2018	22
30/10/2018	28
30/01/2019	37
30/04/2019	44
22/08/2019	46

Lo digo con otras palabras: el FMI tiene una peligrosa (para el FMI) concentración de créditos otorgados a un país (el nuestro). En términos técnicos: puso casi la mitad de los huevos en la misma canasta. No parece una política crediticia sana.

¿Cómo es perfil de los vencimientos de nuestra deuda (¿somos argentinos o no?) con el FMI? En 2019 y 2020: solo intereses. Las amortizaciones (del capital) arrancan en el 2021 y son significativas en 2022 y 2023.

¿Ya cobramos toda la ayuda que nos iban a dar? No. ¡Vamos Argentina, todavía!

Otro indicio: si «desaparecen» los intereses que generan los préstamos a nuestro país, el FMI se quedaría casi sin ganancia. Y si en algún momento tuvieran que previsionar un posible incumplimiento de Argentina, se les complicaría más.

¿Traducido? Tendrán buena predisposición (los funcionarios del Fondo) a la hora de examinar nuestras cuentas y seguir poniendo (por lo menos lo que falta de lo ya comprometido). Y no van a descartar un reperfilamiento (alargar plazos) de los vencimientos.

¿Y los nuestros qué tendrán que dar a cambio? ¿Un plan de ajuste a la medida del organismo? Algún compromiso, políticamente presentable, habrá que tomar. No nos van a pedir casamiento, ni convivencia, pero sí que por lo menos les digamos que los queremos mucho. En el Fondo, no son tan malos.

Hasta la próxima.