Era inevitable: el gasto en jubilaciones es una partida muy significativa del presupuesto nacional. Y la clase pasiva no tiene ni poder de lobby ni puede parar el país.

Era inevitable que fuera ahora: un ajuste a los jubilados como el aprobado solo lo puede hacer el peronismo. Por mucho menos, a MM (que se fue del poder con un aplazo en economía) le tiraron toneladas de piedras (según la hipérbole de Patricia).

Era inevitable que fueran ellos: los jubilados que ganan algo más de la mínima se suman a los que les salió “sigan poniendo” en la perinola, como los productores agropecuarios, los que pagan bienes personales, los que “blanquearon” activos en el exterior y muchos más.

Los jubilados son acreedores del estado: este concepto, que tan bien maneja el ministro Guzmán, lo aplicarán con gran “equidad”. Como a los bonistas, también acreedores del estado, a les (muches) jubilades les corresponderá una quita real.

Por las dudas: quita real quiere decir pérdida de poder adquisitivo. Los jubilados y pensionados ya tienen ganado el aumento que establece la normativa suspendida. Si se armó semejante zafarrancho no es para darles más en su conjunto, sino menos.

¿Cómo funciona(ba) el sistema? Con una normativa vigente que eliminaba la discrecionalidad en los incrementos de jubilaciones y pensiones, ajustándolas trimestralmente con un índice que contemplaba inflación y variación de salarios. En marzo del 2020 el incremento hubiera sido algo así como del 11,5% para todos (y todas) y de alrededor del 15% en junio.

¿Por cuánto tiempo se suspendió la normativa de ajuste que estaba vigente? Por seis meses, transcurridos los cuales o el Honorable Congreso aprueba un nuevo esquema o volvemos al anterior.

¿Por qué la necesidad del ajuste? Para generar un mejor resultado fiscal y poder refinanciar la deuda. Sumado al hecho significativo que, en tiempos que se suponen de inflación a la baja, el sistema que regía produce incrementos reales (en términos de poder adquisitivo) en jubilaciones y pensiones. ¡Los jubilados le iban a ganar a la inflación! Eso puede sonar muy lindo, pero complica(ba) los números fiscales.

¿Cómo imagino los incrementos en marzo y junio? Con una suma fija para todas (y todos), que dé un mayor incremento a lo que hubiera resultado de la fórmula para las jubilaciones y pensiones más bajas y, obviamente, un aumento porcentual significativamente más bajo para el resto. En algún lugar tiene que aparecer la solidaridad: es la que le exigen a los que aportaron durante décadas.

¿Y por qué afirmo que habrá quitas reales sobre las prestaciones más altas? Pues si no se buscara eso, no tendría sentido el esfuerzo discursivo que tienen que hacer para explicarlo y el costo político que están pagando.

¿Y los bonos de diciembre y enero para las jubilaciones más bajas? Un paliativo que no modifica el número global: el estado necesita (aunque no lo admitan) pagar menos (en total) que lo que marca(ba) la norma.

¿Y las jubilaciones de privilegio? Alberto Fernández prometió corregirlo.

¿Juicios? Sí. Algunos se desarrollarán en sede judicial y habrá otro, casi unánime: esto es un ajuste. Que en parte abonarán jubiladas (y jubilados) que durante mucho tiempo aportaron y hoy se ven (otra vez) estafados por el Estado Argentino. 

Hasta la próxima.