Estimado/a lector/a: por favor no interprete en forma errónea el título de este posteo. No vengo a darle consejos a Alberto F, nuestro presidente. Solo busco acercarle una reflexión acerca de decisiones que ha tomado.

En su discurso de apertura del período ordinario (perdón, pero se llama así) de sesiones del Congreso, el primer mandatario anunció la creación de tres Consejos y una Agencia.

En poco tiempo tendremos más (¿y mejor?) Estado: nacerán el Consejo Económico y Social para el Desarrollo Argentino, el Consejo para Afianzar la Administración de Justicia en la República Argentina (debo señalarlo: un acierto no inmiscuirnos en la justicia de otras naciones), el Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y Espacios Marítimos Correspondientes y la Agencia Federal de Evaluación de Impacto de las Políticas Públicas. Y pido disculpas si se planteó la creación de algún otro organismo y lo estoy omitiendo.

No pongo en duda las buenas intenciones que hay detrás de cada una de estas iniciativas. Pero permítanme especular sobre el futuro posible de estos consejos y agencia: sus miembros serán ad honorem, pero necesitarán personal y estructura para funcionar. Y en algún momento, aunque hoy sea difícil imaginarlo, algunos de estos Consejos y/o la Agencia pueden ser evaluados como no necesarios.

Algunas preguntas, las primeras que me surgen:

*¿No se genera una (mayor) superposición de áreas que se ocupan de los mismos temas?

*¿No hay ninguna dependencia (de las existentes) del Ministerio de Justicia y Derechos humanos que pueda ocuparse de los temas que le serán encomendados al nuevo Consejo?

*¿No alcanza con la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico sur, que encabeza Daniel Filmus en Cancillería? 

Debe haber sido difícil para el presidente tomar la decisión de impulsar estos Consejos sin la evaluación de la futura Agencia Federal de Evaluación de las Políticas Públicas. Seguramente encargó exhaustivos estudios a sus funcionarios para estar convencido que este (nuevo) aumento del gasto público (esta vez) está justificado.

Ya lo sabemos de memoria: un mayor gasto público se financia (simplificadamente) con (más) impuestos hoy, deuda (mayores impuestos mañana) o emisión (impuesto inflacionario).

Sr Presidente, una sugerencia (que no es consejo): la próxima vez que a ud. o a alguno de sus colaboradores se les ocurra la creación de una nueva estructura en el Estado, recomiendo que se formulen dos preguntas:

1) ¿Es necesaria?

2) ¿No hay ninguna dependencia existente que pueda ocuparse de este asunto?

Hasta la próxima.