¡Qué lindo es dar buenas noticias!
Hasta hace unos días se lo podía ver a Sergio Massa, presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, en todos los canales de TV, explicando su proyecto de rebaja de impuesto a las ganancias para (algunas de) las personas humanas (no jurídicas).
En esas presentaciones, el líder del Frente Renovador, entonaba algunos de sus más aclamados hits, como por ejemplo “menos presión impositiva para las personas”, “en este gobierno pensamos en la gente” o el “nuestra coalición tiene una pata pro mercado (con perdón de lo de Pro)”. Siempre medido, Sergio optó por no usar el recordado “¡qué lindo es dar buenas noticias!”, con el que se recuerda al expresidente Fernando de la Rúa.
Todo lo que contó Massa del proyecto era verdad. Pero no toda la verdad.
Ahora el truco ha quedado a la vista de todos. Y no debería sorprender. La mejora para las personas humanas (antes se decía físicas) viene de la mano de un aumento del impuesto a las ganancias para la mayoría de las empresas.
Aumento del impuesto a las ganancias de las compañías
Según la legislación vigente, las empresas (que por el ejercicio 2020 abonan el 30%) deberían pagar como impuesto a las ganancias por su ejercicio 2021 (simplifico hablando de los cierres 31/12) un 25%. El proyecto, que viene de la mano del de Sergio, propone un aumento significativo, que podría resumirse así:
*tasa del 25% para aquellas empresas con ganancias netas (anuales) de hasta un millón trescientos mil pesos ($1.300.000);
*tasa del 30% para aquellas empresas con ganancias netas (anuales) de más de un millón trescientos mil pesos ($1.300.000) y hasta dos millones seiscientos mil pesos ($2.600.000);
*tasa del 35% para aquellas empresas con ganancias netas (anuales) superiores a dos millones seiscientos mil pesos ($2.600.000);
En todos los casos, a los dividendos en efectivo distribuidos se los grava con una tasa (adicional) del 7%, que retiene la compañía (pero se imputa a los socios). De haberse mantenido la tasa del 25% de impuesto a las ganancias para todas las empresas, a los dividendos se los hubiera gravado con una tasa del 13%.
No te dejes engañar con el tema de los dividendos: para la mayoría de las compañías, los no distribuidos pasan de una tasa del 25% a una del 35% y, con el efecto de dividendos (más allá de quién soporta cada tramo), es más lo que pauta la nueva norma que lo vigente.
¿Y entonces? Otra vez sopa: con el dólar de hoy, la ganancia que lleva a la alícuota máxima es de 17.300 usd anuales (unos 1.500 usd mensuales).
Los trucos de los magos de la política ya los conocemos. Al final, buscan que la recaudación aumente.
Cierre
¿No me creen? Quiero recordarles qué pasó cuando al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le redujeron la coparticipación. ¿Qué hizo Horacio? Aumentó tasas que gravan los consumos con tarjetas de crédito y ciertas colocaciones de los bancos.
Otra vez: mirada desde el total país, la jugada de los políticos produjo, en relación a los impuestos: a) una modificación a la distribución de los coparticipables, b) ninguna rebaja y c) una suba de los impuestos que cobra CABA.
En el global, la disputa entre Alberto, Horacio, Axel y otros terminó con un aumento de la presión impositiva. ¿Quiénes somos las víctimas en esta película? Los (y las) de siempre: los (y las) contribuyentes.
Por las dudas: creo que ya es tarde para armar el PC (Partido de los Contribuyentes) en Argentina. Somos pocos los que financiamos a los estados, a sus gastos y a los gastos que deciden los estados. Pocos; muy pocos. Y cada día somos menos.
Hasta el próximo posteo y/o aumento de impuestos.
Todo muy lindo siempre pensando en ciudadano , me voy a almorzar al museo Evita , eso si con 50 gotas 💧 de Hepatalgina
Gracias Rubén!