Según la RAE, procrastinar significa diferir, aplazar. Y procristinar no existe, casi con seguridad pues implicaría un oxímoron juntar al PRO con Cristina.
En materia económica, Argentina sigue procrastinando. El plan económico integral que dé confianza e incentive la llegada de inversiones, no aparece. Y no sabemos si no llega pues el gobierno considera que no es necesario o porque está esperando lanzarlo después de las elecciones. En cualquier caso, lo que siguen haciendo Martín Guzmán (MG) y equipo es intentar ganar tiempo. Y algunas circunstancias le juegan a favor. Por ahora.
Hoy nos vamos a centrar en uno de los Lotos que se ganó Argentina (Melconián dixit). Y en la posibilidad de que aparezca otro (Loto), en línea con el anterior. Y, como adivinarás por el título del posteo, la cuestión tiene que ver con los Derechos Especiales de Giro, los DEG del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En agosto, a nuestro país le llegarán (del FMI, casi como del cielo) el equivalente a más de 4.300 millones de dólares en DEG. Como lo explica el mismo FMI, “el DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros. El DEG es utilizado como unidad de cuenta por el FMI y algunos otros organismos internacionales. El DEG no es ni una moneda ni un crédito frente al FMI. Más bien representa un derecho potencial frente a las monedas de libre uso de los países miembros del FMI. El DEG se puede canjear por monedas de libre uso.”
¿Y entonces? Aparece el Loto: el FMI aprobará, en su reunión de agosto próximo, una asignación de 650 mil millones de dólares en DEG, la mayor emisión de la historia. Esto, según la institución, “ayudará a apuntalar las reservas mundiales, y al mismo tiempo generará espacio para los gastos fiscales que son necesarios para salir de la pandemia y para que las recuperaciones sean más sostenibles.”
La última vez que el FMI realizó una emisión de DEG con estas características fue en 2009, por la crisis financiera global, y lo hizo por 250 mil millones de dólares.
Por las dudas: no existe el “billete” DEG y, en consecuencia, no es posible contar o pesar DEG físicos en lugares como La Rosadita.
¿Cómo se establece el valor del DEG? Se valúa según una canasta de monedas, que actualmente incluye el dólar de EE.UU., el euro, el renminbi chino, el yen japonés y la libra esterlina. Hoy 1 DEG vale 1,42 dólares estadounidenses.
¿Y el segundo Loto? Los DEG se asignarán a todos los países miembros del FMI. ¿Y entonces? Argentina está negociando para que se establezca un mecanismo de redistribución de los DEG que recibirán los países más poderosos.
En otras palabras: Argentina y MG están en la búsqueda de otro Loto. ¿Cómo podría darse? Hay por lo menos tres vías: que un país nos done o preste DEG (Rusia, por ejemplo) o que el FMI formalice el mecanismo para redistribuir los DEG de aquellos países que no los necesitan.
Antes de cerrar: la discusión acerca de cómo se van a usar los DEG es “fulbito para la tribuna”. El dinero es fungible. No es posible establecer de dónde vino el dólar que estoy usando para el gasto X (si pusiera XXX podría malinterpretarse).
¿Y entonces? Para tranquilidad de Alberto Fernández, él podrá afirmar que los DEG se usaron, por ejemplo, para vacunas. ¿Cómo? Pues al haber ingresado los DEG, no necesitaremos dólares para pagar los vencimientos con el FMI (pagaremos con DEG lo de este año) y con esos dólares liberados podremos cumplir con el algún objetivo que Cristina clasifique como políticamente correcto.
En resumen: los DEG que llegarán van a reforzar las reservas del Banco Central. Y permitirán postergar las soluciones de fondo.
Hasta la próxima.