Arrancó el Plan Milei. Con golpes fuertes: devaluación, DNU, proyecto ómnibus, aumentos fuertes al liberar (combustibles, prepagas) y mucho más (que no necesito precisar acá).

¿Tendrá éxito? ¿Enfrenta tormentas de frente? Sobre eso se ha escrito y dicho. Mucho. Así que no me voy a explayar en este posteo. Aquí daremos un paso más. Hacia adelante.

Ya lo confesé más de una vez: soy un especulador. Lo que vas a leer, de aquí al final, es pura especulación. No tengo información privilegiada. Pienso, luego existo. Y mientras pienso, también existo.

¿Será posible que Javier haya razonado así? Arranca con un plan, con Caputo, intentando liberar (no totalmente), sincerando inflación reprimida, bancando altos índices de IPC en los primeros meses. Esperando que, entre marzo y abril, la inflación descienda fuerte y eso le permita ir a una segunda etapa, acercándose a la posibilidad de unificar el tipo de cambio.

Pero, como decía Tusam, puede fallar. Y que por sincerar los precios que estaban debajo de la alfombra, también se vuele la alfombra. Y venga una hiper (decir hiperinflación no está bien visto).

¿Y entonces? ¿Y si, para ese escenario, de hiperlicuación de todo lo que se mide en pesos, Javier tiene un plan B? Y dice, “ok; ahora dolarizo”. Porque, recordemos, con tipo de cambio por las nubes, como dijo Milei, “dolarizar es más sencillo”.

O sea, digamos, pongámoslo en estos términos: jamás dirá “fracasé”. Si se da el plan A, todo bien y termina unificando el tipo de cambio. Y siga, siga. Y si no, y nos vamos a una hiper, dolariza.

Pura especulación.

Hasta la próxima.