Lo que narro a continuación (me) ocurrió el sábado 16 de febrero de 2019.
Un masculino (yo) se dirigía a ver el partido entre San Lorenzo de Almagro y Newell’s Old Boys, que se desarrollaría ese día en el estadio del primero, a las 17.10. El masculino (yo) tomó el colectivo 42 cerca de su casa y se bajó en Del Barco Centenera y Cruz. Caminó por la Avenida Cruz hasta su intersección con la Avenida Perito Moreno, sobre la que está el Estadio Pedro Bidegain.
Eran las 15 y pico. Solo le (me) faltaba andar unas pocas cuadras, desde Perito Moreno y Cruz hasta la puerta del Estadio. Tras haber caminado unos 200 metros, y sintiendo desconfianza por la falta de personal de seguridad en la zona, decidió que iba a caminar por el medio de la avenida. Entendía el masculino (yo) que de esa manera minimizaba la posibilidad de ser víctima de un robo.
Poco después vi, unos metros adelante, que dos o tres masculinos (jóvenes) estaban de la vereda del tránsito hacia Cruz y me marcaban (mirándose entre ellos). Tras un instante, uno de esos masculinos jóvenes se puso a correr con rumbo Carlos (yo) y yo, hacia San Lorenzo. Fui alcanzado y empezamos a forcejear. En realidad, el agresor intentaba encontrar algo para robar y yo buscaba soltarme. Mientras trataba de zafar del atacante, mi rodilla izquierda dio contra el piso (mi pie izquierdo también fue víctima del episodio). Mientras, gritaba a viva voz “ayuda, auxilio” moviendo ampulosamente los brazos. De frente a nosotros venía un auto por Perito Moreno; se nos acercaba a baja velocidad. Estábamos en plena disputa en el medio de la avenida.
Unos segundos después, el masculino atacante dejó libre a su agredido (o sea, a mí) sin robar nada. Habrán sido los gritos; o el estar expuesto en el medio de la avenida o la presencia del auto que se aproximaba; o todo eso; u otra razón. Pero me dejó. Entonces corrí unos metros y, tras mirar para atrás mil veces (es una hipérbole), caminé hasta la cancha. Estaba alterado. Equivoqué la puerta de entrada, fui a la de la popular y no a la de mi platea norte. Los inspectores resolvieron el tema y pude acceder a mi sector. Más tarde comprobé que tenía una herida en la rodilla izquierda, la que fue atendida con eficiencia y amabilidad en la ambulancia ubicada próxima al campo de juego.
¿Algún efectivo de seguridad intervino o se me acercó tras el incidente? No, pese a que en ese mismo sector hay un puesto de Gendarmería que dice “Barrios Seguros” o algo por el estilo.
Después, me encontré con mi amigo Juan. Y lo acompañé a ver el partido. Mi mente estaba en otro lado. El empate en uno poco me importaba. A las nueve y pico de la noche llegué a casa.
Hasta ahí, la crónica. Ahora, unas reflexiones y preguntas, más allá de mi inevitable autocrítica por haber llegado a ese lugar:
*Según información periodística, San Lorenzo pidió jugar sus partidos de local temprano para minimizar estos hechos. A lo mejor no se dieron cuenta: jugando a las 17.10 no queda resuelto el tema. ¿Es tan difícil prevenir esos episodios en los momentos previos (y posteriores) a un partido, poniendo policía o gendarmería o lo que sea en esas cuadras?
*¿Será que le estamos pidiendo mucho al encargado de la seguridad en CABA, que al mismo tiempo es vicejefe de gobierno, y por eso no tiene tiempo (ni equipo) para tomar medidas que parecen tan obvias?
*Estoy seguro que nadie del gobierno de CABA dirá “era zona de tal fuerza y no de la policía”, pues los gobiernos local y nacional son del mismo signo político y especialistas (se supone) en trabajo en equipo.
*No entiendo (¡perdón!) para qué ponen un puesto de Gendarmería que ni previene ni percibe lo que pasa a pocos metros. Supongo que en el puesto había funcionarios y también quiero suponer que estaban trabajando.
*¡Qué triste tener que terminar cada conversación sobre esto con un “no te quejes, la sacaste barata”!
Y, finalmente, otra autocrítica: cuando el actual Jefe de Gobierno enunció el objetivo de que CABA fuera una ciudad segura y que para eso necesitaba que le traspasaran la policía, pensé que iba más allá de un eslogan y de poner puestos con leyendas alusivas. Pensé que iba en serio. Me equivoqué.
Hola Carlos me mucha bronca todo esto ,es más de lo mismo
Ahora te tocó a vos que te conozco y aprecio.
Por mi situación actual de quedarme en casa veo más tele y todos los días hay situaciones como las que te pasó a vos y peores aún.
Todos hablan ( buenos políticos)
Pero como siempre no HACEN NADA para protegernos.
Lo bueno es que estés bien
Te mando un abrazo
Gustavo Novello.