El conflicto existente en la empresa RPB SA (que produce los Jugos Baggio y otros productos), con denuncia de estafa incluida, nos permite reflexionar acerca de los conflictos de intereses que muchas veces conviven en las compañías.
¿Qué sabemos hasta ahora? El link con la noticia de Infobae lo resume bien:
En síntesis:
1) La empresa es una sociedad anónima (SA), con 4 accionistas, hijos de los fundadores. Por ventas de acciones entre hermanos, Rufino (hijo) Baggio es quien posee la mayor cantidad de acciones, pero no tiene peso en las decisiones de la compañía (el presidente es su hermano Alejandro Baggio).
2) ¿Por qué no tiene peso Rufino (h)? Pues si bien es el principal propietario, el usufructo de las acciones lo tiene su madre, María Celia, quien optó por Alejandro para la gestión.
3) Hay una denuncia por estafa por transferencias a cuentas del exterior por alrededor de 7 M usd (hasta ahora).
¿A qué nos lleva la información que tenemos hasta ahora? A reflexionar acerca de los habituales conflictos de intereses entre quienes manejan la gestión y los accionistas. En general (aquí no hablamos de RPB SA), ¿de qué manera pueden sacar ventajas quienes tienen a su cargo el día a día de la empresa? Por lo menos, por cuatro vías:
a) Fijar altos honorarios para el directorio y la gerencia. Esos importes son cobrados por los responsables de esas funciones y disminuyen las utilidades de los accionistas;
b) Si tienen el control de las asambleas, repartir bajos dividendos a los accionistas;
c) Concretar operaciones no óptimas para la empresa, como por ejemplo contratar para tareas necesarias (o no) a empresas vinculadas a quienes toman las decisiones;
d) Manejar contabilidades paralelas (poner una proporción del negocio por fuera de los “papeles”).
Otra vez: estos cuatro puntos son “teóricos”, no responden al caso analizado. Solo dan un marco general al conflicto de intereses entre responsables de gestión y accionistas.
Vuelvo a Baggio: fuera de toda duda, hay un conflicto familiar. Los protagonistas fundamentales: quien maneja la empresa (Alejandro) y el accionista con mayor tenencia, Rufino (h).
¿Y la denuncia por estafa por la transferencia de esos fondos? Algo o alguien falló. O la (o las) persona/s que hizo (hicieron) las transferencias no respetaron los procedimientos fijados para cuando hay importes significativos en juego o la empresa tiene un “manual de procedimientos” llamativamente pobre, que la expone a situaciones como éstas.
¿Cómo sigue la película? Habrá nuevos capítulos, con la incorporación de una nueva protagonista: la justicia (argentina) que investiga la denuncia de estafa.
Hasta la próxima.