El gobierno dio a conocer el aumento que tendrán los jubilados a partir de marzo próximo: será del 2,3% más una suma fija de $1.500.

¿Cuánto representa de incremento para los que cobran la mínima? Un 13%. ¿Y para los que perciben actualmente el equivalente a dos mínimas? Del 7,6%. ¿Y para los que cobran más de dos mínimas? Menos del 7,6%. En síntesis: porcentajes menores para los que más ganan.

Los aumentos de suma fija son políticamente compatibles con los discursos de “dar más a los que menos tienen” y consiguen el “achatamiento” de la pirámide. Disminuyen las diferencias porcentuales entre los de mayores ingresos (que, en general, aportaron durante toda su vida laboral) y los de la mínima (muches de los cuales entraron más por la sensibilidad social de las autoridades que por sus aportes al sistema).

¿Cuánto hubiera sido el aumento para todes los jubilades con la fórmula que el gobierno derogó? El 11,56%; el mismo porcentaje para todas y todos.

¿Por qué digo que hay jubilados reperfilados? Pensemos en los bonistas que serán reperfilados. Cobrarán menos de lo que se había comprometido a pagar el estado argentino cuando emitió el bono. Y, como si eso fuera poco, van a cobrar más tarde. En síntesis: los bonistas cobrarán con quitas y demoras (respecto a lo que estaba pactado).

¿Quiénes son los jubilados incorporados al reperfilamiento? Los que tengan en marzo un aumento inferior al 11,56%. Ellos sufrirán una quita; cobrarán menos de lo que les hubiera correspondido. Y no se espera que reviertan esta pérdida en los meses o años siguientes. De aquí hasta el final: haberes menores de lo que marcaba la norma que el gobierno derogó.

No lo perdamos de vista: algunos harán juicio y recuperarán (tarde, ellos o sus herederos) parte de la quita.

Sin explicitarlo, Alberto no solo está incorporando jubilados al reperfilamiento. También está tomando deuda que no se contabiliza (la que surgirá de los juicios). Son pasivos (con la clase pasiva) que deberán abonar otros gobiernos.

Hasta la próxima.