Durante un partido de fútbol, un compañero le pasa el balón al jugador nro. 9 del equipo local, que está claramente adelantado. De acuerdo a lo que establece el reglamento, es fuera de juego. Los defensores ven levantarse la bandera del juez asistente. Ningún periodista o espectador duda: es offside. Corresponde sancionar la falta y reanudar con tiro libre indirecto para el bando defensor.
Pero en un instante, todo cambia. El árbitro principal permite la continuidad de la jugada, que termina en gol. Hay festejos, lamentos y protestas. Los jugadores del equipo visitante increpan al juez. Y este les responde, sin inmutarse, que “acaba de modificarse la regla: no hay fuera de juego. El tanto es válido. Saquen del medio. Y no sigan protestando, que los rajo.”
¿Una exageración? Como diría Karina, lo dejo a tu criterio. Pero, antes, dame la posibilidad de argumentar.
En el fútbol profesional sería impensada una situación como esa (dentro del campo de juego). Las reglas las modifica la International Football Association Board (IFAB), que comunica y explica los cambios. Y se toma un margen de tiempo para que comiencen a regir, como para que nadie pueda verse sorprendido.
Si tuvieras un equipo con excelentes jugadores y bien preparado, ¿participarías de un torneo donde las reglas pudieran ser modificadas durante el campeonato e incluso en el medio de un partido?
En un marco de normas inciertas, ¿quiénes participarían en un certamen? ¿Los mejor preparados o los que estuvieran más cerca “en el afecto” de los que pueden modificar las reglas?
¿Y la economía argentina? Los ejemplos de cambios de reglas en el medio del partido son muchos, de manera que solo ejemplificaré, sin entrar en detalles, con tres situaciones de los últimos días:
Ejemplo 1: a las empresas con deudas en dólares, que habían ingresado los dólares por la ventanilla establecida, las obligan a renegociar una parte importante de la deuda.
Consecuencias del ejemplo 1: los nuevos préstamos de esas empresas serán, en el mejor de los casos, a tasas más elevadas (por el mayor riesgo). ¿Y en el peor de los casos? No habrá financiamiento adicional. ¿Y entonces? Menos inversiones, menor creación de puestos de trabajo y siguen los menos.
Ejemplo 2: nuevas trabas para acceder a dólares a precio oficial (y a precio oficial + recargos).
Una consecuencia del ejemplo 2: para el mercado (y para el gobierno), el precio oficial está barato. ¿Y entonces? Solo para apuntar una cuestión: los comerciantes empiezan a calcular el costo de reposición de sus mercaderías importadas (y sus precios de venta) con un dólar más alto. ¿Por qué? El costo relevante para el empresario es el costo de reposición.
Ejemplo 3: le bajan la coparticipación, de un día para otro, a CABA.
Una de las consecuencias del ejemplo 3: el gobierno nacional exhibe su estilo de toma de decisiones. Un tema que se había dejado de conversar entre las partes, se retoma en forma unilateral. Y lo que decide el gobierno nacional rige desde el día siguiente. ¿Y entonces? Cualquiera que estuviera pensando en invertir en Argentina pone el pie en el freno. Y lo podría fundamentar con un simple «ahí te cambian las reglas en cualquier momento y hasta sin aviso».
¿Y entonces? Por hoy, dejemos acá.
Lo decíamos en un posteo anterior, ¡es la confianza, Alberto! Una de las formas de empezar a restablecer esa confianza es comprometiendo una estabilidad de algunas reglas de juego básicas.
Si se la tiran al 9, que está adelantado, es offside. Hay que cobrar fuera de juego.
Y además: que te crean que no vas a modificar esa regla, la 11 del reglamento del fútbol, en el medio de un partido.
¿Por qué la elección de la metáfora futbolera? Fui árbitro de la AFA entre 1982 y 1993. Hice el curso 80/81. Llegué a dirigir, como juez principal, en 1ª B y algunos partidos del Nacional B. Disfruté de esa actividad, que me dejó amigos, historias y las ganas de seguir haciendo deporte.
Hasta la próxima.
Es increíble pero para la gente que nos gobierna, y en especial para sus más altas autoridades la normalidad es lo que están haciendo, ya lo hicieron y lo vuelven a hacer, lo importante no es un plan de gobierno pensando en la sociedad para ellos, solo les interesa un plan de poder para despuès poder hacer lo que se les de la gana y que nadie los pueda controlar. Creo que esto recién empieza y puede llegar a límites impredecibles, espero equivocarme.
Gracias Sergio por tu comentario!
Excelente y claro ejemplo de nuestra política!!!!
Gracias Mónica! Beso