- ¿Cómo empiezo a pensarlo?
Si aterrizaste en un blog como este no es por casualidad. Seguramente ya le venís dando vueltas en la cabeza y ahora querés concretar. Lo digo en otros términos: no hubieras llegado aquí googleando contenido XXX, acerca de la campaña de San Lorenzo de Almagro o sobre cómo preparar un cheesecake delicioso. Así que, ¡adelante!
Mi recomendación: empezá a darle vueltas a preguntas iniciales como ¿cuánto invierto?, ¿a qué plazo?, ¿tomo poco o mucho riesgo?, ¿me banco perder?, ¿puedo llegar a ponerme tan nervioso que termine afectando trabajo y relaciones, ¿debo compartir esta decisión con alguien? A menos que tengas muy claro qué hacer y una inversión inmejorable adelante, dejá pasar un tiempito y que las respuestas empiecen a decantar.
- ¿Qué es el riesgo de una inversión? (lo amplío en este posteo)
En negocios decimos que hay riesgo cuando hay más de un resultado posible. Para que no exista el riesgo el resultado (ganancia o pérdida) debe ser 100% seguro. No existe eso invirtiendo en bonos o acciones. Una cuestión importante que aparece es en qué moneda medirás tus ganancias o pérdidas. Si confiás en el Banco de la Nación Argentina, un plazo fijo en pesos al 22% anual por un año, es una inversión sin riesgo en pesos nominales, pero es riesgosa si mido mis ganancias en dólares (u otra moneda), pues sé cuántos dólares pongo al constituir el plazo fijo pero no con cuántos saldré (dado que depende del tipo de cambio al vencimiento).
Cuánto más dispersas son las ganancias o pérdidas posibles de un instrumento financiero, más riesgoso es. Si querés ganar un montón, tenés que correr riesgos y exponerte a perder también mucho. Es así, nos guste o no.
Lo siento: no existen los negocios con grandes ganancias aseguradas. Si alguien te propone una inversión que da con seguridad un 15% anual en dólares o euros, desconfiá; o está muy confundido o piensa estafarte.
Va de nuevo, con otras palabras: cuidado con los canales informales y/o los que prometen ganancias exorbitantes. Entre los que recaudaban fondos para estos negocios “brillantes”, muchos están presos o prófugos.
- ¿Las inversiones son solo cuestiones de números?
No; por eso incluí preguntas como las que menciono en el primero de los puntos. Es importante estimar cuánto riesgo se banca tu cuerpo. Si por perder unos mangos en una rueda (o más) dormís mal, tus nervios alteran los vínculos en el trabajo y en tu casa y dejás de tener sexo, es preferible invertir tranqui con poco riesgo.
¿Tenés que compartir la decisión con alguien? No lo sé, debés plantearlo vos. ¿Los recursos son solo tuyos o los compartís con pareja y/o socios? Tené en cuenta que suelen ser asimétricos los premios no materiales: la crítica (propia o ajena) por perder $ 10.000 (por poner una cifra) será mayor al elogio por ganar esa misma cantidad. Así funcionamos, en general. Es bueno tenerlo en cuenta.
Me cuesta decirlo (y lo tomo todo el tiempo en terapia): a los 61 años, mi horizonte de inversión no es el mismo que cuando tenía 25. Un joven puede tomar riesgo con inversiones y “esperarlas”, mientras yo tengo que ir asegurando un fondo para vivir al jubilarme. Ya volveré sobre esto.
- ¿Qué quiere decir para vos ganar?
Todos buscamos ganar, pero las respuestas en términos de inversiones no serán las mismas. Quien esté ahorrando para un viaje a Europa querrá ganar en euros, el que piense comprar un inmueble en Argentina buscará tener más dólares, la que desee acumular dinero disponible para consumir en su país aspirará a mejorar su poder adquisitivo. La respuesta que hayas dado condicionará tu inversión. Está claro que después podrás decidir darle otro uso a esos recursos, pero a la hora de invertir lo habrás hecho con un objetivo preciso.
- ¿Qué significa estar calzado o descalzado en moneda?
Si ahorrás en pesos para bancar los gastos en efectivo de un viaje a Europa tendrás un resultado adicional desconocido: a qué tipo de cambio cambiarás tus pesos por euros; estás descalzado.
Si tus ingresos son en pesos y tomás un crédito en dólares (pesos), estás descalzado (calzado). Tus entradas y salidas (financiera y no penalmente hablando) están en distinta (misma) moneda.
¿Qué te agrega el descalce? Una posible ganancia o pérdida. ¿Qué indica la prudencia? Intentar estar siempre calzado. ¿Puedo haber excepciones? Sí; siempre las hay: si se te presenta un negocio espectacular en moneda A, tómalo aunque tus egresos estén en moneda B. Pero antes, sugiero, quedate bien convencido de lo maravilloso de ese negocio.
Excelente Blog Carlos, te felicito!!!, el equilibrio justo entre contenido relevante y humor inteligente, si es que existe esa categoría de humor. Tratare de darle la mayor difusión posible, luego de vivir 22 años en Buenos Aires, titulo de Contador, Posgrado en Desarrollo y Direccción de Pymes y Posgrado en Agronegocios, mediante, tomamos con mi mujer la decisión de volver al pago, en este caso, su pago, Carlos Casares por el proyecto familiar, tengo 3 varones de 1 y medio, 5 y 7 años. El simbronazo es muy fuerte, falta mucha formación en finanzas básicas, hay casos extremos donde en un local comercial, luego de cerrar negocios de zapatos, en 2 oportunidades, que pone el nuevo comerciante???…., si una zapatearía, creo que en breve comenzaré a dar algún tipo de curso al respecto, el apoyo se consigue, porque la necesidad es muy grande. Te deseo todos los éxitos.
Gracias Gastón! Y si no existe esa categoría, la creamos. Y éxitos en los futuros emprendimientos! Saludos